El aire quema; trastorna, colapsa la humedad de los labios.
Este fin de semana lo pasé en Cancún, en un itinerario de negocios, aunque los escapes a la playa fueron cotidianos.
Lo sé, me escuchaste susurrar tu nombre. Ven al espacio entre mi boca y la brisa, cúbrelo, grité, incluso, estoy completamente seguro que llegué a ti. Sal en el aire que calcina, porque la realidad es que te pienso tanto…
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