Hay una noche en la arena de la playa que no olvidaré jamás, con luna casi llena
y nubes pasando...¡brutal!
Es sencillamente precioso ver cómo el paisaje refleja esa luz lunar, que mantiene muy vivo el negro de la noche y el blanco de la arena. Ves las sombras de las nubes moverse, avanzar hacia ti, engullirte y soltarte...¡precioso!
En el continente americano hay unos cielos mucho más tridimensionales que en Europa, las formaciones de las nubes son mucho más verticales; lo que te hace apreciar más facilmente la esfericidad de la atmósfera, le da profundidad al cielo.
Y se convierte en algo acojonantemente bueno, gigantesco, que tienes flotando sobre tu cabeza mientras bebes tranquilamente el enésimo bloodymary.
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