martes, 13 de mayo de 2008

SIRENAS


Qué sabe él de sirenas... . Él no ha oído una sirena como yo la he oído, no podrá verla sonreir como yo la he visto, no la ha sentido llorar-reir como yo la he sentido, él no ha llevado a ninguna a volar como yo la he llevado a Ella.
No, él no sabe ni sabrá nada de ésto porque se ató voluntariamente al triste mástil de su triste barco y tapó cobardemente sus oídos con cera ("oídos que no ven" ...) en un patético y tragi-cómico homenaje a su propia debilidad . Peor para él...
Sí, mi barco ha zozobrado, ha chocado con las rocas y el agua se mete a borbonotes furiosos por su casco, pero yo ya me puedo hundir sonriendo y en paz; al fin y al cabo, mi cuerpo será tragado por las aguas del Océano donde ella mora y, allí, quedará para siempre, contemplando las algas mecerse lentamente al ritmo de las corrientes marinas y, mi alma, quedará tendida en el fondo rodeada de los mil colores del arcoiris de coral que sobrevuela su Mundo y , quien sabe, si podré oir un día su voz reverberada en el eco de los abismos y, quién sabe , otra vez si cantando mi nombre ...
Me hundo con la balsámica frescura que queda en los ojos cuando éstos lloran siglos
Me hundo con el somnoliento cansancio en los pómulos de quien ha Vivivo de Verdad.
Me voy a morir-vivir... a aquél mundo de los muertos vivientes donde el presente está hecho de recuerdos, el pasado regresa siempre y el futuro nunca existió.
Qué sabe él de ella...

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