martes, 13 de mayo de 2008

ERRORES


Hoy el viento corta mi cuerpo como una navaja la cáscara de una manzana, lenta, fina , pero inexorablemente. Respiro el aire con fuerza para conseguir pequeñas dosis de oxígeno que, como con un un cuentagotas consigo rociar en mi espíritu cansado.

El Himalaya se ha tornado en este tramo más escarpado que nunca y se me resiste, como si yo, animal pequeño e inmundo en medio de su grandiosidad, representase un peso para él .Pero yo nací para ser escalador de almas, alpinista del espíritu, y conozco bien las técnicas que las que me he de valer.Ahora lo único que necesito es descansar sin llegar a dormirme y, sobre todo, no mirar hacia ese abismo que, en mi subida, yo propio he creado voluntariamente detrás de mí .

La montaña se ha encargado de enseñarme, como si de una advertencia se tratase, los cadáveres azules congelados que guarda en su pared helada como trofeos,como pruebas de su fuerza implacable.Pero ella no sabe (o sí) que cuando yo muero, muero; y no quedaré estático en su vitrina de trofeos de cristal helado porque preferiré soltar por última vez mis manos para caer flotando por su falda blanca y gris, caeré por ese cielo inmenso que a ella rodea, con los ojos mirando a su cima...sonriendo .

Sonriendo porque su visión es tan sublime que, incluso muriendo, me hace sonreir.Sonriendo también porque Ella, de alguna forma, o de todas no me podrá tener y yo sí la he tenido de una forma, o de todas, a Ella.

Tengo frío y el peso de la nieve en mis pestañas se hace insoportable...El viento me canta una nana traicionera al oído....No puedo dormirme...el Himalaya no perdona errores

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