sábado, 8 de octubre de 2011
UN CIELO EN LLAMAS
Cuando amanece y el cielo de incendia, sabemos que tenemos que seguir , tenemos la obligación de hacerlo, no importa qué nos haya ocurrido, o lo que sintamos.
Todo menos parar, nuestro corazón no para de bombear sangre y nosotros tenemos que seguirlo e igual que tenemos que seguirlo físicamente sin remedio, también tenemos que seguir sus dictados.
Y al final,¿para qué queremos la razón?
La razón es un pequeño instrumento en nuestras manos que apenas nos sirve para operaciones simples .Dios nos ha desprovisto de garras, de picos y de piernas veloces , de fauces certerasy nos ha dejado, como toda defensa, la razón.
La razón sirve para procurar sustento y abrigo, para alimentarnos, desplazarnos y poco más.El resto, somos todo corazón. El corazón manda porque él es el decodificador de la señal divina, de la Inteligencia Suprema.
Sigue sólo a tu corazón, él te lleva a buen puerto, aunque tu razón no esté de acuerdo.
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