Porque al final del abismo siempre hay un río flanquado de árboles y flores y la caída es amortiguada por el agua y los nenúfares...porque caer es volar .
Y, cuando vea aproximarse la superficie cristalina del agua con el enorme cielo reflejado en ella, dispuesto a comenzar todo de nuevo, porque el amor no tiene edad y la vida tampoco.
Y nadaré en las maravillosas aguas de mi río, sabiendo que ahora sí voy finalmente en dirección al mar .
Y sé que allí, de alguna forma, la encontraré a ella.
Porque somos de allí donde pertenecemos .
Y, como aquel esqueleto de golondrina que cayó de su nido al pie de un rosal para darle vida, yo tambén quedaré tendido al pie de las rosas, esperándola a ella, en el sitio donde están sus raíces para darle vida .
Ella, al fin y al cabo tiene sus raíces allí, y mi sitio está en sus raíces que son las mías.
Y ella irá, estoy seguro de que irá a verme renacer como el Ave Fénix, sé que nunca se lo perdería...
Es, desde las raíces de donde aspiramos la vida, como las plantas y los árboles, como las espigas de trigo.
Ella sabrá cuándo y cómo.
Y seremos protagonistas del milagro de la redención, del amor, de la misma vida.
Y los sueños se convertirán en realidad.
No se puede decir "lejos" ni "imposible" porque la Tierra es redonda y las cosas que vemos más lejanas a veces están a un paso..y viceversa.
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