domingo, 31 de octubre de 2010

VEN...


Te lo ruego, deja el silencio, aunque sabemos que no es ausencia; me matas cada día que lo guardas; pero no calma que me regalas la vida cada que profesas un enunciado dedicado a mi. Siempre tienes la puerta abierta para mi. Un abrazo, un beso con vino, ven, ven pronto.

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