Mirando a Venus...hoy me viene a la mente lo que te dije ayer.No se puede enjaular a un gorrión, lo puedes hacer con otros pájaros, pero no con él.Termina por suicidarse, se golpea contra los barrotes de su jaula y deja de comer "por genio", se autodestruye en un irónico gesto en el que parece decirte con elocuentes y drásticos hechos : "si yo no tengo mi libertad, tú no me tendrás a mí, por lo menos vivo...
Ayer estabas con tus gafitas de intelectual y tu mano apoyada en la mejilla, con un gesto aparentemente atento, unos dedos cuidadísimos, y tan elegantemente largos que ni el mismísimo Greco, en su prodigioso astismatismo, hubiese podido imaginar, escalaban por tu mejilla casi hasta la sien, en un gesto de aplicada, y al mismo tiempo pícara, inteligencia .Tu cabello estaba recogido y peinado hacia atrás como en los cuadros de Julio Romero de Torres (sí, el mismo que pintó a la mujer morena).Tu mirada estaba perdida y ausente de mí, pero eso nunca me importará.Porque,igual que aquél gorrión enjaulado, mi corazón ya estaba lleno de magulladuras de tanto golpearse contra aquellos barrotes hechos de miedo, de temor, de prejuicios, de inseguridad...y hasta de orgullo.Tuve que abrir la puerta pronunciando las palabras mágicas, como en un cuento, pero esta vez no eran palabras misterioras pronunciadas en lenguas etruscas.Dije "las cuatro palabras" y eso bastó... me bastó a mí y sé que las oíste."Estoy enamorado de tí"...
Mi corazón voló hacia las nubes a buscarte , ya nunca más necesitaré extraños laberintos para llegar a decir algo que está tan claro .No me enamoré de la niña de colegio de monjas con faldita a cuadros ( o no) que cantaba "Como brotes de olivo en torno a tu mesa .." ignorando tal vez, entonces, que la tentación estaba en su propio cuerpo, que tú misma, al final, eras la portadora de aquella manzana que nosotros, pobres adanes, no dudaríamos un segundo en morder y hasta devorar sin importarnos lo que "los que vengan detrás" tengan que pagar, ni lo que tengamos que pagar nosotros mismos como castigo .La colegiala de la faldita corta (o no) a cuadros rojos y verdes (o tampoco) , no hizo más que devolverme los olores a azahar de aquél mi aislado barrio militar sevillano en el crecimos de espaldas a la ciudad, como en un oasis maravilloso en el que , nosotros también, cantábamos aquello de "así son los hijos de la Iglesia" ante la mirada de aprobación de Don Teodoro ( el cura ) sin tener la más remota idea entoneces de lo que aquella canción significaba y apenas una ligera idea,ahora, de lo que significa.
Me enamoré de la venusiana de barrio periférico, de la traviesa sonrisa de tu foto microscópica, de tus mil bufandas ...
Me muero de celos, benditos celos que me mantienen vivo, celos de tus "proyectos realizables"...Pero no lo olvides...
"Si me llevas contigo,
prometo ser ligero como la brisa
Y decirte al oídoSecretos
que harán brotar tu risa"(Semilla Negra)
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